Una de las funciones principales de los bolardos es frustrar los ataques de embestida de vehículos. Al bloquear o redirigir los vehículos, los bolardos pueden impedir los intentos de utilizar automóviles como armas en zonas concurridas o cerca de sitios sensibles. Esto los convierte en una característica fundamental para proteger ubicaciones de alto perfil, como edificios gubernamentales, aeropuertos y eventos públicos importantes.